Las áreas psicológica, social, ética y espiritual del cáncer han sido exploradas activamente durante los pasados treinta años por pequeños grupos en Centros de tratamiento del Cáncer a lo largo del mundo.

Claramente Cuidados Paliativos y Psico-Oncología han llenado una necesidad circundante en el cuidado del paciente con cáncer. El esfuerzo se focaliza en la calidad de vida, que es un aspecto multidimensional del individuo, necesario a tener en cuenta en la etapa de la enfermedad en el que el paciente se encuentra. En Oncología este énfasis en el cuidado centrado en el paciente refleja respeto por el punto de vista del enfermo, así como una preocupación por su calidad de vida en los diferentes estadios de la enfermedad.

Las intervenciones de un profesional de la Salud Mental han demostrado ser efectivas en el tratamiento integral de una persona que transita la enfermedad oncológica.

Mucho se ha escrito respecto a conceptos tales como “calidad de vida”, “bioética” y hasta sobre “la mejor muerte posible”. Es inevitable que social y culturalmente se intente definir preceptos de qué es lo mejor para una persona (¿ser informado de la verdad del diagnóstico, tener una familia contenedora que esté siempre con él, ser tratado por el mejor equipo médico…?), cómo debería transitar una enfermedad crónica (¿con tratamientos con los que acuerde y preste su consentimiento, que no sean invasivos…?) y hasta cómo debería morir (¿acompañado por sus seres queridos, en su hogar, habiendo dejado sus cosas en orden…?).

Trabajamos con el paciente para que se pueda buscar lo mejor, o lo posible, para él. Cien años de psicoanálisis no han sido suficientes para modificar una postura científica que excluye al sujeto. Pero sin embargo -o quizá por eso mismo- se sigue solicitando la asistencia de un profesional de la salud mental cuando algo “no anda”, cuando la ciencia no resuelve y cuando alguna de las subjetividades en juego obstaculiza la tarea.

Es por ello que parte de la tarea, además del trabajo con el paciente y su familia, se centra en el trabajo con el equipo médico. Intentamos que los profesionales puedan recuperar su principal función que es la de "cuidar" a sus pacientes, aliviándoles el sufrimiento.

Nuestra experiencia con los pacientes y sus familias nos ha mostrado que dar un sentido al dolor insondable es entrar en resonancia con él y esperar que el tiempo y las palabras lo erosionen. Es encontrarle un lugar en el seno de la transferencia en donde podrá ser gritado, llorado y gastado a fuerza de lágrimas y palabras.

Sabemos de la eficacia de la palabra en posibilitar un cambio de posición subjetiva ante lo que aqueja, y esa es nuestra apuesta: ponerle palabras al pánico inicial y dar la oportunidad de historizar su enfermedad.

El futuro dependerá en mucho del desarrollo de individuos que sean formados en esta área, quienes puedan insertarse en los equipos de trabajo, interactuar con otras disciplinas y desarrollar estudios de investigación orientados a los temas de mayor relevancia.

Los objetivos del Capitulo son: investigación, difusión e intercambio científico; así como la formación de Profesionales de la Salud en estas disciplinas

Podemos afirmar que su creación, se fundamenta en la creciente necesidad de explorar y abordar ciertas temáticas específicas, entre las cuales podríamos mencionar:
● el cuidado integral del paciente con enfermedades que amenazan su vida, así como el de su entorno familiar.
● el relevamiento del concepto de "calidad de vida" y de "muerte digna", y los principios bioéticos que orientan la toma de decisiones en cada caso.
● las dificultades habituales en la relación Médico - Paciente, por las que suele requerirse la intervención de profesionales especializados.
● el impostergable tema del cuidado de los profesionales que trabajan en estas especialidades, por el alto impacto que la cercanía con la muerte les produce (síndrome de Burn- out).
● la necesidad de la divulgación e información a la comunidad de la posibilidad de acceder a la atención por estas especialidades.
● la contribución, desde nuestra producción teórica, a los debates públicos sobre eutanasia, suicidio asistido, testamento vital o directivas anticipadas, encarnizamiento terapéutico, retiro de soporte vital, etc., desde una posición que respete los principios éticos fundamentales y los deseos individuales.

Finalmente los profesionales que trabajamos en Psico-oncología y Cuidados Paliativos, no intervenimos desde un "saber hacer acerca de la muerte". Por el contrario, es desde la vida y por la vida que intentamos arrancarle al tiempo una decisión, un deseo, un acto, que son expresión de vida hasta el último momento en que podemos suponer un sujeto en la palabra encarnada, para que no muera antes de su propia muerte clínica.


                        Dra. Marina Paula Bramajo                          Lic. Luisina Onganía